lunes, 31 de octubre de 2016

UNA ATENCIÓN PRIMARIA FUERTE EN BRASIL

Informe sobre CÓMO FORTALECER LOS ACIERTOS Y CORREGIR LAS FRAGILIDADES DE LA ESTRATEGIA DE SALUD DE FAMILIA Por Juan Gérvas2 y Mercedes Pérez Fernández3 Médicos generales, Equipo CESCA, Madrid, España

domingo, 30 de octubre de 2016

P4, presente y futuro


Jorge Bernstein, Ricardo La Valle, Agustina Piñero
Graciela Jacob, Mario Martinez, Miguel Rabbia,
A Mario G. Acuña


La prevención cuaternaria es el conjunto de actividades sanitarias que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario, que se originan, sobre todo, en la medicalización y mercantilización promovida por intereses que se contraponen con los de los pacientes. Entonces estamos enfrentando no sólo al sistema sanitario, sino también al sistema económico y social. Buscamos una medicina científica, humana y ética, accesible a los que la necesitan y basada en la equidad. Por lo tanto nuestras acciones son necesariamente políticas y su contenido democrático.

Nuestra crítica al modelo biomédico (Mc.Whinney) o hegemónico (Menéndez) requiere la construcción de alternativas. Una de ellas es el modelo biopsicosocial cuya práctica demanda actualizaciones periódica tales como el Modelo Clínico Centrado en las Personas. Nosotros, desde la P4, en ese camino, junto con los planteos propios de los mencionados, postulamos un modelo caracterizado por ser:

·         Inclusivo.
·         No reduccionista, integral e integrado.
·         Tolerarla incertidumbre.
·         Implicar las dimensiones  humanas, social y política.
·         Evitar y denunciar la naturalización de: el hambre, la exclusión, la manipulación, la desigualdad, la violencia, el racismo, la explotación, que dañan la salud más que las “enfermedades”.

Trabajar desde la P4 es un modo de proceder dentro de la relación médico paciente. De manera más general, es un proceso de cuidado dentro del sistema de atención sanitaria atendiendo las necesidades y tiempos de los pacientes, especialmente las que divergen con las nuestras. Incluye al subsistema consultante (paciente y su entorno) el subsistema asistencial y el contexto donde esta relación ocurre. La aplicación mecánica de las recomendaciones tomadas de las publicaciones P4 sobre medicamentos o procedimientos sin un proceso de diálogo, de construcción, con el/los consultantes puede ser un error mayor que el que se pretende subsanar.

La necesidad de la P4 responde, entre otros, a la perversión de la MBE causada, en especial, por la acción de la industria farmacéutica. Una herramienta que bien utilizada nos ayuda en la producción de conocimiento, sufrió todo tipo de manipulaciones (sesgos de publicación, alteración de los datos, ocultamiento activo de pruebas negativas, etc.) creando un artefacto viciado de valor para beneficio económico de los laboratorios a costa de la seguridad de los pacientes. Se hace necesario, con muchísimo trabajo, recomponer esas investigaciones para develar lo que realmente la investigación nos permite saber. Tomemos por ejemplo el RIAT sobre el Estudio 329 sobre paroxetina[1], la estafa del ostalmivir[2], la ya clásica denuncia del Buttleti Groc del fraude de los inhibidores de la COX2[3]. Es difícil de creer que se ha roto todos los mandatos éticos del trabajo en salud en función del lucro. Lo que nos impone el mandato de confrontar esta amenaza. Es una enfrentamiento desigual que muchos la dan por perdida de antemano, olvidando que estamos como aquellos que empezaron a enfrentar la industria tabacalera.

La P4 corre riesgos de sufrir un proceso parecido, para servir como un instrumento de contención de costos, transformándose en una P4 “descremada”, favoreciendo intereses distintos a los de las personas.
La industria solo vela por sus intereses, el central es la ganancia. Para ello requiere de la acumulación de poder. Está demostrado, a través de numerosos juicios donde admiten culpabilidad, que no dudan en atentar contra la salud de las personas que deberían cuidar. Los cálculos por muertes y daños graves a personas como consecuencia del ocultamiento intencional de información sobre daños posibles, entre otros, suman centenares de miles. Creemos que se trata de un tema de atentado a derechos de los pacientes y que debería juzgarse como violaciones a los DDHH.

Trabajar desde la P4 implica cuidar las condiciones de trabajo de los prestadores.
Trabajar desde la P4 implica un buen desempeño en la consulta. Las herramientas utilizadas durante la entrevista clínica y la construcción de una buena relación médico paciente son parte constitutiva, indispensable, para un cuidado desde la P4.La mayoría de nuestros pacientes tienen incorporado el modelo biomédico hegemónico. Facilitar (o no impedir) que retomen su capacidad para la toma de decisiones sobre su salud es un proceso que lleva un tiempo individual y/o grupal. Se requiere tolerancia a la incertidumbre, abandono del paternalismo, respeto de la autonomía del paciente. Un tiempo por tanto diferente para cada consultante.

Por último queremos compartir la definición de salud de Marc Jamoulle:
"La salud es una resistencia. La resistencia a la enfermedad en sí misma. También la resistencia a la violencia y el acoso, la resistencia a las drogas, la resistencia a la explotación, la resistencia a la comida basura, la resistencia a la contaminación, la resistencia a las condiciones de vivienda desastrosa, resistencia al mercado farmacéutico, incluyendo la resistencia a la mercantilización de la salud y por lo tanto a veces la resistencia a la propia medicina. Nosotros, como profesionales de la salud, estamos tratando de ayudarlo a resistir".

Más adhesiones:
1.      Graciela Jacob,
2.      Mario Martinez,
3.      Miguel Rabbia
4.      Gustavo Gimenez Lascano
5.      Verónica Menares Latorre 
6.      José Luis Contreras Muñoz (Chile)
7.      Karin Kopitowski
8.      Rodriguez,  Consuelo
9.      Gonzalo Moyano
10.  Carlos Javier Muggeri
11.  Marc Jamoulle (Belgica)
12.  Soledad Carlson
13.  Lulu Rojas (México)
14.  Mónica Nivelo Clavijo (Chile)
15.  Grisel Adissi
16.  Guillermina Olavarria 
17.  Martín Cañás
18.  Horacio Boggiano
19.  Mariana Mariño
20.  Alberto Ortiz Lobo (España)
21.  Elsa Wolfberg
22.  Arturo Serrano
23.  Nancy Lopez Vazquez (Chile)
24.  Raul O Urquiza
25.  Sofia Cuba (Perú)
26.  Valeria Santillan
27.  Daniel Moldavsky (Gran Bretaña)
28.  Nancy López Vázquez. Chile
29.  Jesus María Bazan
30.  Valeria Oliva?
31.  Marta Lilian De Toro
32.  Norma mabel Clerici
33.  Graciela Ghirardi, (Córdoba, Arg., actualmente Cuba).
34.  Ricardo Maldonado
35.  Agustin Gonzalez C.
36.  Gustavo Dupuy
37.  Marina Alejandra Mercado
38.  Agustín Ciapponi
39.   Ricardo César Garcia Amaral Filho (Manaus - Amazonas - Brasil)
40.  Apolinar Membrillo Luna, México
41.  Ramiro Huber
42.  Belén Rossi




[1]Joanna Le Noury et al. Restoring Study 329: efficacy and harms of paroxetine and imipramine in treatment of major depression in adolescence.BMJ 2015;351:h4320. Tambien leer http://www.nogracias.eu/2015/10/08/estudio-329-los-muertos-en-la-cuneta-de-la-industria-farmaceutica/

[2]Tom Jefferson, et al. Oseltamivir for influenza in adults and children: systematic review of clinical study reports and summary of regulatory comment. BMJ 2014;348:g2545. También leer http://www.nogracias.eu/2014/04/10/tamiflu-la-mayor-estafa-de-la-historia/

[3]Fundació Institut Català de Farmacologia Las supuestas ventajas de celecoxib y rofecoxib: fraude científico. Butlletí Groc Vol. 15, n.º 4 julio - septiembre 2002www.icf.uab.cat/es/pdf/informacio/bg/bg154.02e.pd

Fragmentación de la atención, macro centros con micro especialistas

Link al artículo de juan gervas
http://www.actasanitaria.com/fragmentacion-de-la-atencion-macro-centros-con-micro-especialistas/

sábado, 29 de octubre de 2016

La emotiva carta de una médico residente de Gijón que se ha hecho viral

Tomado de la Nueva España
La emotiva carta redactada por una médico residente de segundo año que trabaja en el Centro de Salud La Calzada II se ha hecho viral en internet. Cientos de usuarios de Facebook y Twitter (muchos de ellos profesionales de la sanidad) han compartido en la red los sentimientos de esta facultativa que relata su primera guardia. "Unos ojos con más daños que años me miraban pidiéndome ayuda. Estaba desarmada, intenté recordar algo de lo que había memorizado en la carrera, busqué en mi cabeza algún esquema, alguna clase magistral y lo único que recordé haber aprendido sobre el sufrimiento fue cuál era el PH de una lágrima", relata la residente.



lunes, 17 de octubre de 2016

Dolores del alma

Alfonso Vidal
Jefe Unidad del Dolor Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón.este artículo se publicó en España en la página de ConSalud.es el viernes 14 de octubre 2016
























“Hay razones del corazón, que la razón no entiende”, dijo el matemático Blas Pascal, coetáneo de Descartes, e inmersos ambos en el clima cultural del Racionalismo y el Barroco. Nuestro autor de cabecera se refería al conocimiento que aporta el corazón con sus intuiciones, certezas que la razón, como tal, no podía dar.

"El dolor no es un arte, ni una suerte, sino una patología y ni siquiera, pues cada paciente podría describirlo de una manera diferente"
Tratar de definir el dolor es fácil desde un punto de vista médico, pero seguro que un poeta, un novelista, un escultor, un pintor, un cantante, etcétera, lo harán de manera diferente quizá por su sensibilidad artística. La sensibilidad es parte de la condición humana, de la que los médicos formamos parte, a nosotros también nos duele, pues carecer de sensibilidad nos privaría del tacto con los pacientes, que tanta empatía precisan, pero nuestra vocación no está ligada con el arte, sino con la ciencia.

El dolor no es un arte, ni una suerte, sino una patología y ni siquiera, pues cada paciente podría describirlo de una manera diferente, hasta el punto de hacernos creer que no es uno ni trino, sino múltiple, poliédrico, de muchas caras y aristas cortantes, es un dios de muchos rostros, y se manifiesta según el organismo vivo que parasite.


Podríamos pensar que el dolor de los dolores es el dolor del alma, pues su punción es infinita y rara vez tiene cura, sólo el tiempo alivia sus efectos, el tiempo y el olvido que liman y erosionan hasta dejar llano lo que fue un relieve con forma de problema. En los momentos más críticos nos encontramos solos en nuestra mismidad, solos frente al universo que acogota y oprime nuestra existencia hasta hacerla insoportable, pero siempre hay una luz al final del túnel que nos enseña el camino a seguir para nunca volver atrás.

"Conmemoraremos que un día al año algunos pocos se acuerdan de lo que otros sufren los 364 días restantes"
El alma es traicionera y juega malas pasadas, pero no está al alcance de los terapeutas del dolor sanar ni aliviar sus golpes, más ligados al destino cruel que a la frecuencia cardiaca, pero no está en manual de analgesia alguno, sino más bien reflejado en las canciones, cuadros, libros, esculturas, que jalonan nuestra vida cultural.

El próximo día 17 de octubre celebraremos el Día Mundial del Dolor sin artificios ni festejos, sin pompa ni circunstancia, sin charanga ni pandereta… Sólo conmemoraremos que un día al año algunos pocos se acuerdan de lo que otros sufren los 364 días restantes y que muchos especialistas sondeamos toda una vida para aminorarlo y si es posible erradicarlo.

Decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer que “el dolor es esencial para la vida y no proviene del exterior, sino que cada uno lo llevamos dentro de nosotros mismos, como un manantial que no se agota”. Luchemos hoy, mañana y siempre por distanciarnos de tan incómodo compañero de viaje, pues el viaje más hermoso es aquel en el que decidimos voluntariamente el dónde, el cómo, el cuándo, pero sobre todo… el con quién.

sábado, 15 de octubre de 2016

Cuando prevenir no es mejor que curar













Don Pancho se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, a instancias de una de sus amigas, le dijo:

-Pancho, vas a cumplir 68 años, es hora de que te hagas una revisión médica- 
-¿Y para qué?, si me siento muy bien-

-Porque la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sientes joven-,
contestó su esposa.

Por eso Pancho fue a consultar al médico.

El médico, con buen criterio, le mandó hacer exámenes y análisis de todo.

A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar.

Entonces le recetó Atorvastatina Grageas para el colesterol, Losartán para el corazón y la hipertensión, Metformina para prevenir la diabetes, Polivitamínico, para aumentar las defensas. Norvastatina para la presión, Desloratadina para la alergia.

Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeprazol y Diurético para los edemas.

Pancho, fue a la farmacia y gastó una parte importante de su jubilación. 

Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia, las debía tomar antes ó después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón, iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico...

Este, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco tenso 
y algo contracturado, por lo que le agregó  Alprazolam y Sucedal para dormir.
Don Pancho, en lugar de estar mejor, estaba cada día peor.

Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento del día en que no tuviera que tomar una pastilla.

Tan mala suerte tuvo Pancho, que a los pocos días se resfrió y su mujet lo hizo acostar como siempre, pero esta vez, además del tilo, canela, limón con miel, llamó al médico.  

Este le dijo que no era nada, pero le recetó Tabsín día y noche y Sanigrip con  Efedrina. Como le dio taquicardia le agregó Atenolol y un antibiótico, Amoxicilina de 1 gr. cada 12 horas por 10 días. Le salieron hongos y herpes y le indicaron Fluconol con Zovirax.

Para colmo, Pancho se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se enteró de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas.

Lo que leía eran cosas terribles. No sólo podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares,
sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones mentales y otro montón de cosas espantosas.

Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas porque los laboratorios las ponían por poner.

-Tranquilo, Don Pancho, -no se excite- le dijo el médico, mientras le hacía una nueva receta con Rivotril con un antidepresivo, Sertralina de 100 mg. Y como le dolían las articulaciones le dieron  Diclofenaco.

En ese tiempo, cada vez que Pancho cobraba la jubilación, iba a la farmacia.

Tan mal se había puesto que un día, haciéndole caso a los prospecto de los remedios, se murió.

Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico.

Aún hoy, su esposa afirma que menos mal que lo mandó al médico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.

Este mensaje está dedicado a todas mis amistades, ya sean médicos o pacientes.. 

Ah, si no hubiera tomado nada y hubiese seguido con su régimen naturista con: conejo, pollo sin piel, pavo, lechugas,  aceite de oliva, frutas, verduras de todos colores, nada de sal y nada de azúcar, con una copita de vino tinto y caminando 6 mil pasos diarios estaría vivito.

*CIRCULA ESTO A TODOS LOS QUE CONOZCAS PARA QUE NO LES PASE COMO A DON PANCHO.*

viernes, 14 de octubre de 2016

Un dolor de cuello…

















Aporte de Dra Carolina Coral ,médica familiar Colombia

Stiven vino a la consulta. En ese momento tenía 22 años.
Le solicité al Médico Interno que por favor interrogara al paciente, mientras yo asistía a otro estudiante en el consultorio contiguo.
Transcurridos 15 minutos reingresé al consultorio.
-          Cuéntame por favor, ¿por qué viene hoy Stiven?
-          Doctora, sólo le duele el cuello.  Lo revisé, pero no se ha golpeado, sólo le duele cuando le muevo el cuello, creo que es un espasmo. 
-          ¿Algún otro hallazgo durante la anamnesis o el examen físico?
-          No, sólo eso.
Me dirigí nuevamente a Stiven, quien escuchaba atento mi conversación con el interno.
- Stiven, por favor, cuéntenos ¿qué cree que usted que está provocando el dolor en su cuello?
- Doctora, no he podido dormir bien.
-¿Por qué no ha podido dormir bien?
- Tengo pesadillas…
-          Stiven, ¿Qué es lo que usted sueña?
-          Sueño con las personas que he matado.
-          ¿Por qué ha matado personas?
-          Yo era paramilitar, secuestrábamos, extorsionábamos y torturábamos personas entre varios. Ese era mi trabajo ¿Sí ve? Luego, mi novia quedó en embarazo, ella tiene 18 años y ya no quise seguir más con esa vida. Mis amigos al notar que ya no quería seguir en el grupo me sapearon y caí en un allanamiento. Me llevaron preso por un año, ya que declaré en contra del grupo para reducir la pena. Como retaliación, secuestraron a mi hermano, lo torturaron y decapitaron. Enviaron la cabeza a mi casa y me llamaron a la cárcel, diciéndome que mientras lo torturaban, lloraba como una nena. ¡¡¡Sólo quiero matar a esos hijos de puta!!! … Mi abuelo murió de pena moral mientras yo estuve retenido.
Me he querido matar, una vez iba a tomar veneno, pero no lo hago por mi hija; sólo quiero vengarme y matarlos a todos por lo que me hicieron, se llevaron a mi hermano y por mi culpa mi abuelo se murió.
Tras un momento de silencio y llanto, Stiven manifestó que se sentía impotente.
-          Stiven, ¿usted ha consumido drogas?, ¿Se ha dado en la cabeza?
-          Sí, he consumido de todo, marihuana, basuco y cocaína. Ahora sólo fumo marihuana, me siento más tranquilo y no la he podido dejar.
-          ¿Alguien más en su casa consume drogas?
-          Sí, mi padre, aunque él ya se perdió, ahora anda de vagabundo, duerme en la calle, no sé más de él. Porque se fue, me crió mi abuelo.
-          ¿Alguien en su casa padece de locura o de una enfermedad mental?
-          Sí, mi padre tenía esquizofrenia.
-          Stiven, ¿usted escucha voces? Sí, muchas veces…
-          ¿Qué le dicen las voces? Que mate, que me mate…